«¿Remaster? ¡Esto es más un Sábado de nostalgia con olor a fichín de los 90!»

Historia — Puntaje: 7/10
Si esperabas una narrativa digna de un premio Pulitzer, bajá un cambio. Acá la historia es tan básica como comer un sánguche de milanesa a la madrugada: simples peleas callejeras entre pibes musculosos que hablan poco y reparten piñas.
Eso sí, tiene su encanto: revivís peleas de barrio, escuelas secundarias y clubes de lucha improvisados, todo con ese aire ochentoso que huele a máquina recreativa mal cuidada.
No hay plot twist ni escenas para llorar, pero a quién le importa cuando podés golpear con una bicicleta.
Jugabilidad — Puntaje: 8/10
La jugabilidad es el corazón de este paquete. Podes saltar, repartir puñetazos, agarrar objetos y hacer combos improvisados. Los niveles, aunque repetitivos, se sienten como un recreo eterno de la escuela: no importa cuántas veces lo repitas, siempre encontrás algo para reírte.
Para dos jugadores, es una locura: se vuelve un quilombo hermoso de piñas y risas. Eso sí, olvídate de la precisión milimétrica de un juego moderno. Acá es todo golpe y esquive.

Gráficos — Puntaje: 6/10
Gráficamente es un guiño amoroso a la era de los 16 bits, con sprites que hoy en día parecen emojis pixelados. No esperes shaders ni ray tracing: esto es pixel art clásico, con colores chillones y animaciones mínimas.
A veces se siente desprolijo, pero… ¡es parte del folclore! Si lo remasterizaban demasiado, perdía la gracia.
Soundtrack — Puntaje: 7/10
El soundtrack todos esos clásicos que ya olvidaste. Los loops suenan a fichín de salón: repetitivos pero pegadizos. No vas a escucharlo en Spotify, pero dentro del juego suma nostalgia pura.

Dificultad — Puntaje: 8/10
Si queres relajar, este no es tu juego. La dificultad es traicionera: pasás de pasear por el barrio a que te den una paliza grupal por un error de timing.
Aun así, nunca llega a ser injusto: con práctica y maña, la adrenalina paga cada segundo invertido. Y si jugás de a dos, vas a pelear con el juego y con tu compañero.
Rejugabilidad — Puntaje: 7/10
Una vez que lo terminás, seguro decís: «Bueno, ya está.» A la semana lo volvés a instalar porque extrañás tirar una bicicleta en la cabeza de un matón.
La rejugabilidad viene de la nostalgia y del multijugador local, ideal para una tarde con amigos.
Innovación tecnológica — Puntaje: 5/10
Innovación, lo que se dice innovación… cero. Es un recopilatorio, no un triple A con IA cuántica. Lo interesante es que corra tan bien en la Switch y mantenga la esencia arcade. Nada más, nada menos.

Pros
- Nostalgia pura para veteranos de los fichines.
- Multijugador local que asegura risas.
- Controles fáciles y divertidos.
Contras
- Gráficos que pueden cansar a ojos modernos.
- Poca variedad de enemigos y escenarios.
- Banda sonora repetitiva.
Puntaje Final: 7/10 — Conclusión
Super Technos World: River City & Technos Arcade Classics es como volver a comer sanguchito de mortadela: simple, barato, y te devuelve a la infancia.
No es para todos: si querés gráficos que te hagan llorar de belleza, pasa de largo. Pero si querés repartir piñas y reírte de lo absurdo, acá tenés tu fichín.
Ideal para tardes de lluvia y amigos con ganas de repartir trompadas virtuales.
Para mayor información: Super Technos World: River City & Technos Arcade Classics para Nintendo Switch – Sitio Oficial de Nintendo para Argentina
Redactado por Rodrigo Gallardo