God of War Ragnarok. Análisis: Las crónicas de cómo crear el mejor God of War y uno de los mejores juegos jamás hechos.
Desarrollo:
Ya el primer puntapié de la saga nueva God of War en esta nueva aventura por las tierras nórdicas, hablo de la entrega del 2018 un juego que además del ser el GOTY (Game of the Year) nos daba un anticipo de lo que se venía en estas entrega, hablo de algo que no entra en nuestros corazones gamers; God of War Ragnarok es eso y más, no solo en lo bien cuidado que esta cada aspecto, sino también en las lecciones incontables de vida que deja el juego.
El juego en el sistema de combate no varió mucho, aquí tendremos un Kratos que se niega a la guerra y sigue sin olvidar su pasado, y un Atreus, hijo del espartano, más crecido, que busca más sobre la verdad de su madre fallecida y su relación con los gigantes. Desde que se acaba el primer juego y se sabe su verdad, veremos cómo esa naturaleza divina heredara de madre y padre, se manifiesta en muchísimos hilos argumentales que van desde mentiras y engaños, hasta evitar el destino a la que Atreus y su padre Kratos están atados.
Y esto no se ve en lo narrativo solamente, lo vemos estructuralmente en el desarrollo del personaje, ya que me es inevitable adelantar que a diferencia del primer juego, jugaremos tanto como con Kratos y diferentes acompañantes, como en otros capítulos con su hijo y sorpresivos acompañantes.
Cantidad de loot habrá por doquier, nuevas armaduras, armas, y podremos mejorar incontablemente nuestro armamento con diferentes runas y poderes del Hacha y las Espadas del Caos, todo esto a gusto, lo mismo para los arcos de Atreus. Por lo que el juego toma una doble partida, ya que cuanto más misiones secundarias juguemos, mejor va ser la capacidad de mejorar las armaduras, ataques, y armas por lo que el balance en este caso está perfectamente logrado.
Durante God of War Ragnarok podremos movernos por los nueve reinos con facilidad a medida que avanzamos en la historia y tendremos no solo más misiones secundarias llamadas “favores” sino que además habrá nuevas búsquedas de tesoros y más sorpresas.
Narración de la historia y enseñanzas inolvidables.
La relación padre e hijo vuelve a ser muy importante, sin embargo notamos la sensibilidad de Kratos, de sobreprotección, de instintos paternales ya naturales, que siguiendo un hilo argumental que a pesar de ir y venir nunca pero jamás se pierde. Encontramos a otros personajes con sus problemas como Freya, Sindri, Brok, aprenderemos a utilizar el don del perdón, cosa que a nivel argumental me pareció fascinante, a entender como la naturaleza jamás cambiara en las personas a las cuales intentamos forjar un destino que no existe, pero aún así sabemos que podemos cambiarlo.
Gráficos y Gameplay.
Los gráficos en la PS5 son de descomunales, 4K a 60 FPS hasta tenemos modos para televisores 120 Hz, y en las generaciones pasadas el juego cumplió con creces con lo pactado para sus fans con un port digno y altura, aunque lastimosamente vemos como la generación de la PS4 dice adiós.
El gameplay como bien se explicó fue similar a la entrega anterior con ligeros pero que al mismo tiempo son grandes cambios y mejoras. Puzles a la medida, combates que muchas veces son peligrosos más si nos confiamos en las batallas, jefes increíbles y épicos con luchas inolvidables, y una muy buena dosis de creatividad en las nuevas criaturas o diferentes enemigos que encontramos en el juego.
Acá está todo cuidado al cien por cien, hasta cuando cruzamos entre los reinos, y tenemos un “loading” del cual ni nos damos cuenta ya que estamos cruzando por Yggdrasil el árbol que une todos los reinos, cada uno de ellos nos mostraran paisajes únicos e inolvidables de lo hermoso que son; y van desde costas, selvas, paisajes helados, ardientes en fin de todo.
Banda sonora.
La banda sonora es un punto a parte y lo que suena en cada escena emotiva es inolvidable, compuesta por Bear McCreary, hará que te estremezcas no solo en las partes de lucha y combate, sino en las partes sentimentales también, con tonos nórdicos, te harán viajar a Asgard o Midgard con solo cerrar los ojos.
Opinión personal:
Cuando jugué las primeras tres horas, jamás pensé que el amor mutuo con el juego iba a ser tal que necesitaría ver el final para escribir esta reseña, y así fue luego de varias misiones secundarias, y toda la campaña me quedé con este maravilloso recuerdo, cuarenta horas inolvidables de mi vida.
Conclusión:
Como expliqué God of war ragnarok es el arte en un juego, como un buen libro combinado con un película jugable. Una obra maestra obligatoria para todos aquellos poseedores de una PS5 o PS4. Hasta volvernos a ver Kratos y Atreus.
Nota: 10. Obra Maestra
Redacción: Joel Aguilozi
Agradecemos a Playstation Latam por la copia cedida en PS5 que hizo posible esta reseña.