Reseña Lightyear: El origen de un juguete.

La historia se centra en el guardián espacial Buzz Lightyear, dueño de un gran ego y soberbia.
Despues de un accidentado despegue en un planeta lejano, Buzz tendrá que enfrentar varios problemas que van desde viajes espaciales y temporales, hasta una búsqueda personal por convertirse en alguien mejor, con más empatía hacia las demás personas.
Como Pixar ya nos tiene acostumbrados a estos viajes de descubrimiento personal, últimamente mucho más desarrollados con niveles de consciencia espiritual, quizá vemos a Lightyear un poco falta de estas cuestiones. Pero también nos sirve para ver una película un poco más fresca y terrenal, donde la acción y la aventura son el foco principal.
A lo largo de la cinta conoceremos a los personajes que acompañan a Buzz en sus expediciones clásicas, y también a nuevos personajes que van a ser su apoyo y su ayuda para poder crecer como persona. Podemos descubrir la identidad del malvado Zurg, un personaje ya conocido que cuenta con su propio juguete en la saga de Toy Story; y al carismático gato robot Sox, una adición ya clásica en las películas de Pixar, que funciona como alivio cómico y soporte vital para el protagonista.
Quizás se piense que la historia en cierto punto carece de un guión fuerte, sin grandes giros ni situaciones muy fuera de lo común, pero como dijimos, la película resulta entretenida todo el tiempo y se aferra a un guión simple, pero a la vez efectivo.
Respecto al famoso beso que ya se ha mencionado hasta el cansancio, sólo podemos decir que es una escena que se repite en prácticamente todas las producciones cinematográficas, solamente que esta vez se trata de dos personas del mismo sexo en una película animada, ni más ni menos. Además de que la escena dura menos de un segundo y no tiene trascendencia en la historia de la cinta. Tendrá que pasar algún tiempo más para que el sector de consumidores reacio a esto recapacite y entienda que es una parte más de la naturaleza humana.
Pasando al apartado visual de la película, Pixar realmente no para de crecer. Cada proyecto nuevo que nace deja ver un avance notorio en la animación, construcción de escenarios, emociones faciales de los personajes y secuencias de acción vistosas. Ninguna novedad viniendo del estudio de animación más grande.
Lo mismo pasa con el sonido: el vacío del espacio, la velocidad de la luz, las turbinas de las naves y toda la ambientación cósmica son una excelente base para experimentar con efectos de sonido estruendosos e inmersivos.
El fuerte de Lightyear es realmente la superación, por un lado el acostumbrarse a la vida en un planeta nuevo, como también hacer frente a los miedos, aprender a confiar en los demás, y confiar en la capacidad de uno mismo. La nostalgia hace su parte, más allá de que estamos viendo un spin-off de Toy Story, pudimos encontrar varias referencias a películas clásicas de la ciencia ficción, como Star Wars e Interstellar.
Nota final: 9/10.
Lightyear ya está disponible en todos los cines. Agradecemos a Disney Studios Latam por la invitación.